A las 20:30h iniciamos la ceremonia. Ha sido una gala íntima, no por eso menos solemne, y sí más embelesadora. En la recoleta capilla de Santísimo, al arrimo de nuestra santísima Madre, del patriarca Pedro Nolasco, del gran valedor Ramón Nonato, estábamos los padres Francisco Marín García, superior, Luis Roberto Mejía Salazar, maestro, Joaquín Millán Rubio, el decano fray Antonio Esteban Rozados, los novicios Deynner José Mora Márquez, Juan José Soler Martínez, Domenico Gallitelli, todos impecablemente de blanco, los dos postulantes con los atuendos y correas en sendas banquetas.
Hemos comenzado vísperas cantando Libertador de Nazaret, ven junto a mí, ven junto a mí; qué puedo hacer sin ti. Buena manifestación de intenciones y decisiones. Oímos a san Pablo: Todos son justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención de Cristo Jesús, a quien Dios constituyó sacrificio de propiciación mediante la fe en su sangre. Y responsoriamos: Me saciarás de gozo en tu presencia, Señor. De alegría perpetua a tu derecha. Era un inicio álgido.