El llamado de Dios: ¿cómo es? Pabel Alba, sacerdote de la Provincia Mercedaria de Castilla narró a Somos Merced cómo vino a su vida la llamada a la vida religiosa.

Esta es su historia vocacional:

Cuando sentimos que el amor toca nuestra puerta no podemos más que responder con generosidad y fidelidad a eso que hemos experimentado.

Mirando para atrás me doy cuenta de que ya son casi ocho años de camino, aventura y felicidad dentro de la Merced.

Lo que parecía algo lejano e imposible se va haciendo realidad en mi respuesta frágil y miedosa, pero sabiéndome conducido por Dios y sintiéndome afortunado de recibir ese don.

No es tan fácil colocar nombre a los sentimientos y más cuando estos tienen estrecha relación con Dios.

Muchos me han preguntado: ¿Cómo sabes que Dios te llamó y te llama? ¿Se te apareció en un sueño? ¿Por qué religioso mercedario? ¿Estás seguro de ese llamado de Dios?

Considero que no existe un manual que nos instruya para descubrir nuestra vocación.

Creo que Él se sirve de personas, situaciones y cosas que nos abren a la posibilidad de pensar el ¿por qué no?

Cómo llegó a Pabel Alba el llamado a la vocación religiosa

En mi caso no fue en sueños, no fue en apariciones. Fue en lo cotidiano, en la necesidad de ir más allá, de ayudar a los demás que sentí que había algo diferente en mí y que tenía que darle respuesta.

Y dar respuesta significar arriesgarse y aventurarse a algo desconocido y misterioso pero que también se hace presente en los demás.

Es normal que nos llenemos de miedos y dudas ante el llamado de Dios. Quién no lo tendría ante tal responsabilidad y es que nos estamos jugando la vida y nuestra felicidad.

Por mi experiencia puedo decir que ese miedo me ha acompañado en todos estos años, a él he tenido que vencer para poder entregarme completamente a Dios.

Hoy por hoy sigo teniendo miedo, la diferencia es que se hace más llevadero porque no estoy solo, Dios está junto a mí y me ha regalado un grupo de personas, hermanos, que supieron un día tomar el riesgo, aventurarse y seguirlo.

¿Por qué ser mercedario?

Ser mercedario, ¿por qué? Cuando comencé a participar en la Iglesia pensé que iba a buscar a Dios pero no era consciente de que Él ya se había fijado en mí y me había buscado: Ustedes no me eligieron a mí; he sido yo quien los eligió”.

Por suerte Dios me colocó en una parroquia mercedaria que me llevó a presenciar su amor y ternura por medio de los religiosos que allí trabajaban: su dedicación, esfuerzo y cariño con la gente despertaron en mí esa inquietud. Y empecé a verme reflejado en ellos.

Con el tiempo he ido descubriendo que mercedario es un estilo de amor y de amar.

Permanecer en el amor de Dios significa no guardarse nada para sí, no ser egoísta, donarse, entregarse, compartir la vida con otros y estar alegremente dispuestos a dar la vida, literalmente, por los demás.

He aprendido que es imposible conocer a Jesús y no amarlo, he sentido que es imposible amarlo y no seguirlo.

Hago mías las palabras de Jesús a sus discípulos: No tengas miedo, yo estaré contigo hasta el fin…

Ustedes no me eligieron a mí; he sido yo quien los eligió.

(Jn 15, 16)

Siempre Merced

Aunque Fray Pabel Alba forma parte de otra provincia mercedaria, fue en el Santuario de San Ramón Nonato, Lleida (España) donde hizo el año de noviciado.

Después de su primera profesión de vida religiosa, regresó para seguir formándose como religioso.

La ordenación diaconal de Pabel Alba ocurrió el 22 de octubre en Sao Pablo, Brasil; y la ordenación sacerdotal el 5 de mayo de 2018.