La Merced es comunidad, y sin la comunidad no se entiende la Merced.

No quisiera caer en un juego de palabras, sino llenar de contenido esta verdad, que es mi verdad como mercedario. Una de las razones porque hoy estoy aquí es por la comunidad, sí, por la COMUNIDAD en mayúsculas, con sus historias personales de religiosos muy diferentes a mí, o quizás sea yo el diferente. Pero percibo que me quieren, que me aceptan. Con mejor o peor cara, con palabras amables y otras más exigentes, pero viven conmigo, y eso a mí me llena. Doy gracias a Dios por tener hermanos que caminan a mi lado, que comparten su vida y sus historias, por ello doy gracias a Dios y a la Merced.

Somos Comunidad

Comunidad, por encima de teologías y de exégesis, es sentirse querido, aceptado. Sentirse apoyado y sentirse esperado cuando uno viene de viaje, de fuera. Y eso lo he vivido. Comunidad es vida, es transparencia, es autenticidad. Porque en comunidad es difícil el disimulo, el día a día te ayuda a ser claro, directo en las formas y en el fondo.

Comunidad de sacerdotes y religiosos en formación del Seminario Mercedario en Guatemala, San Pedro Nolasco.
Sacerdotes de la Provincia Mercedaria de Aragón en el II Encuentro de Formadores en Barcelona.

Nuestra Orden es una fraternidad cristiana donde…los mercedarios queremos realizar el gran deseo de Jesús: “Padre, que todos sean uno como nosotros somos uno” (Jn. 17, 22)

(Constituciones 22).

Ese es nuestro deseo, como expresan nuestras constituciones, que nos vean como un todo. Nuestro testimonio llega a todos niveles: tan importante es que nos vean hacer oración juntos, como que nos vean salir de paseo juntos.

Que en todos momentos seamos testimonio de ser uno.

El Papa Francisco nos alienta al cuidado que debemos tener en nuestras comunidades “quiero pediros (a los religiosos) especialmente un testimonio de comunión fraterna que se vuelva atractivo y resplandeciente. Que todos puedan admirar cómo os cuidáis unos a otros, cómo os dais aliento mutuamente y cómo os acompañáis: «En esto reconocerán que sois mis discípulos, en el amor que os tengáis unos a otros» (Jn 13,35).

Jóvenes en Convivencia Vocacional Mercedaria en El Puig rezando el Santo Rosario.
Eucaristía en la Primera Convivencia Vocacional en El Puig.

Las comunidades en la Merced no son perfectas, pero sí he experimentado normalidad y naturalidad, donde hay un esfuerzo en que tengan olor a hogar. Unas comunidades donde se comparte vida y carisma, donde se comparte fe y nuestra razón de ser y trabajar. Aunque los mercedarios hemos renunciado a formar un hogar, según el concepto clásico, no renunciamos a tener sentimientos de hogar, de calor, de ternura, de libertad. Queremos despertar en la gente “mirad cómo se aman los hermanos”, en comunidad, que es nuestro hogar.

El carisma de redención nos lleva a vivir esta opción por los cautivos, primero por el hermano que está en mi comunidad. Ser redentor de cautivos es hacer opción también por mis hermanos de comunidad. Vivir en comunidad en la Merced es comprometerse especialmente en la caridad y misericordia con los de casa, con los hermanos que comparten mi caminar. La Merced necesita consagrados que trabajen sin descanso, no solo en el trabajo apostólico o en las tareas desbordantes en los límites, sino también hacia adentro, por la vida comunitaria.

Quisiera terminar mi reflexión diciendo gracias a la Merced, a mi Provincia de Aragón. Lo que soy se lo debo a la Merced. Me ha dado tanto, a cambio de tan poco, que de no haber sido mercedario nunca lo hubiera vivido y realizado.

Me ha abierto al mundo, a nuevas realidades, a nuevos hermanos, religiosos y laicos, me ha formado como persona y como religioso. Me ha presentado rostros de cautivos que han marcado mi vida.  Y este caminar no lo he hecho solo. Han sido muchos hermanos que han compartido comunidad y que cada uno ha ido dejando su sello que me ha configurado lo que soy.

Soy lo que soy, gracias a la comunidad, y comunidad en la Merced.

La comunidad mercedaria en Barcelona está conformada por sacerdotes (entre los que se encuentra el Provincial Fr. José Juan Galve), un religioso y Juanjo, el postulante.
Comunidad del Noviciado Mercedario en España, en el Convento de San Ramón, Lleida.

Por Fr. Florencio Roselló