La Misericordia de Dios cambio mi vida

Conocemos el testimonio vocacional de Fray Álvaro nacido en Antigua Guatemala.

Mi camino vocacional ha sido una búsqueda constante de Dios, al principio inconscientemente, tomo de referencia a San Agustín “Tú estabas dentro de mí, y yo fuera, y por fuera te buscaba, y me lanzaba sobre las cosas hermosas creadas por Ti”

Dios me he hecho ver y vivir los dos lados de la moneda.

Desde esta afirmación quiero empezar a contar mi experiencia vocacional, somos 4 hermanos, tres mujeres y solo yo de hombre, esta situación me llevo a compartir a mis 6 años con los chicos del barrio que la mayoría eran ya jóvenes y muchos de ellos mayores con amplia experiencia de vida, y nos juntábamos en la noche a jugar cartas con apuestas de dinero y otros juegos.

Esas experiencias me llevaron a conocer el mundo de las drogas, las pandillas que en ese tiempo no estaba tan fuerte como está ahora, chicos de la calle, etc.

Una serie de experiencias que de alguna manera fueron marcando mi vida, lo que hizo alejarme de Dios, bajar el rendimiento en mis estudios y se fueron creando una serie de conflictos internos que afectaron mucho mi vida.

En medio de este mundo de confusión me sale Dios al paso, y siento el llamado a la vida religiosa, Dios se vale de muchas medios para llamar la atención de las personas en mi caso fue ver  a un fraile Franciscano, el cual me hizo preguntar el porqué visten así, y ahí empezó todo.

Recuerdo que me confesé y le pregunte al fray Franciscano que hacían y porque vestían así, y le pregunte si podía ser uno de ellos, el  me pregunto  si estaba en un grupo juvenil, y le conteste que no, entonces me dijo,” mira que parroquia está más cerca de tu casa y entra al grupo juvenil, si eres capaz de dejar tus cosas por asistir al grupo juvenil, por las cosas de Dios iras encontrando la respuesta si Dios te llama para este estilo de vida

Pase por el Templó de la Merced al siguiente día por la mañana era sábado y vi en la cartelera un afiche vocacional que se realizaría ese día, recuerdo que entre al convento de la Merced de Antigua Guatemala  y vi que estaban en una convivencia con chicos y chicas, y le pregunte a un Fray Mercedario si podía participar y me dijo adelante.

Ese día por la tarde al terminar la convivencia vocacional el Fray me invito a  conocer la comunidad compuesta por Frailes y 4 estudiantes, fue una gran experiencia.

Recuerdo que me invitaron a rezar vísperas todos los días con la comunidad y algunas veces me quedaba a cenar con ellos, luego me invitaron a las convivencias vocacionales mensuales a las cuales asistí mes con mes hasta que llego el día que tenía que tomar la decisión de entrar o no al seminario.

Hice la ultima convivencia vocacional de una semana de las cual los padres quedaron en avísame si cumplía con los requisitos para entrar o no, a la semana siguiente me avisan que si podía entrar, a todo eso mis padres no sabían nada, pase la navidad en casa, y llego el momento en el cual tuve que decirle a mis padres lo que venía haciendo y la decisión que había tomado, ellos lo tomaron con mucha alegría y me fueron a dejar al seminario ( La Merced de Antigua Guatemala) con mis miedos, mis sueños… entre un 6 de enero.

Empezó este caminar en la Merced que mis primeros dos años no fueron nada fáciles, en mi oración le preguntaba a Dios porque me llamaste a mí, sabiendo mi pasado, y muchos sentimientos de culpa.

Lo que lleno mi vida y me ayudo a seguir en medio de mis múltiples dudas fue sentirme aceptado y amado por Dios con todo lo que era mi vida, llena de caídas,  recuerdo que me ayudo un libro que me dio un Jesuita, “El regreso del Hijo Prodigo” vi reflejada mi vida y sentí que Dios me amaba a pesar de todo y que esperaba mi regreso.

Empecé ese camino de encuentro de encuentro con un Dios Misericordioso que te acepta como eres y solo te pide que te dejes abrazar por Él.

Ahí es donde acentuó que Dios me empezó a mostrar el otro lado de la moneda, al ver que los padres visitaban las prisiones, recuerdo la primera vez que fui y ver a mis amigos de infancia presos y  gran impresión de parte de ellos  al verme como seminarista y de mi parte escuchar como Dios me hacía ver  una realidad para la cual me llamaba a trabajar desde el Carisma de la Merced para la Libertad.

Ha pasado el tiempo he culminado mi formación inicial llena de muchas experiencias humanas como espirituales que me ha hecho ser lo que soy ahora y que me ha llevado lejos de mi tierra a trabajar en la misión en Mozambique desde el Carisma Liberador.

Antes las nuevas formas de cautividad nos tenemos que preguntar estamos preparados para responder a estas nuevas realidades que claman libertad.

64312808_10217994968841711_7795170264177704960_n
24296576_10213653893917551_3099853106426643731_n

Para terminar este breve recorrido de mi caminar vocacional, quiero dar  Gracias a Dios y a  Nuestra Madre de la Merced por acompañarme en mi caminar en la Merced  y mostrarme el Amor tan grande que  Dios tiene por nosotros.

119968058_10222299364408910_8828950038528822335_n
95538730_10220981947034299_7831444359663845376_n
36302473_10215366949822878_2771457725123526656_n
43880483_10216183801083649_5406463351410655232_n