Queridos Reyes Magos, este año he sido bueno, como sabéis soy el Delegado Provincial de Vocaciones y por eso quiero pediros que este año nos traigáis nuevas vocaciones para la Orden de la Merced, no os pido muchas, con 2 o 3 seríamos muy felices. Os pido que sean jóvenes de oración, coherentes con su fe y con ganas de ser Merced para el mundo. ¡Muchas gracias!

 

¿Te imaginas, querido lector, que fuera tan fácil conseguir nuevas vocaciones para la Vida Mercedaria?

Digo conseguir, porque hoy en día es un reto muy grande, y casi que extraño, que un joven decida dejarlo todo para seguir a Jesús de cerca.

Y ante la falta de vocaciones surge la duda: ¿Después de 802 años desde la fundación de la Orden, ha llegado el fin de la Merced? ¿Nos encontramos en el momento histórico en el que la Orden desaparecerá de la Iglesia como lo han hecho otras Órdenes a lo largo de la Historia?

La falta de vocaciones ¿es por falta de respuesta de los jóvenes llamados o porque nos encontramos en el silencio de Dios? ¿Tiene la culpa el ambiente, las familias, la falta de testimonio de los Consagrados, la falta de generosidad de los llamados? O, simplemente, porque ha llegado el tiempo final para la Merced.

Porque yo te pregunto ¿eres consciente, querido lector, de la falta de vocaciones en la Merced? O como en tu Parroquia siempre hay un religioso dispuesto a celebrar la Eucaristía ¿ni te lo has planteado?

Es verdad que muchos tiemblan, cuando se oye que hay Capítulo Provincial y que eso puede implicar cambios de Religiosos. Y que igual, cambian a los Religiosos de la Comunidad. Pero, bien saben, que vendrá otro. Pero, quizá llegue el día, y parece que no está muy lejos si seguimos así, que cuando oigamos Capítulo Provincial nos suene a despedida, momento en el que la Merced dirá adiós y dejará de estar presente en tu Parroquia, en la Pastoral Penitenciaria… porque simple y llanamente, no habrá religiosos a los que mandar.

Yo creo que no es el final de la Merced, que a la Merced le queda mucha historia que construir y que tú debes ser parte de ella. Creo que estamos a tiempo de hacer algo. Además, iluminados por la Palabra de Dios leemos en Lucas 10, 1-12 «La mies es mucha y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies» Ya Jesús anticipó que habría escasez de obreros y que era importante la oración.

Y es que la oración debe ser el centro de nuestra vida cristiana, oración como encuentro personal y comunitario con el Señor. Es por medio de la oración como el Señor guía y nos habla en nuestra vida. Sin la oración, sin el diálogo con el Señor, es imposible que escuchemos la llamada que Dios nos hace a cada uno de nosotros a vivir nuestra vocación, sea al matrimonio, a la vida consagrada o a la soltería.

Sabemos que la oración mueve montañas, por eso, hagamos oración por las vocaciones en la Orden de la Merced, pidamos por los jóvenes de nuestras comunidades, de nuestros grupos juveniles… y también para que, si llama a un hijo o nieto tuyo a ser Mercedario, no se lo impidas.

Ahora me dirijo al lector más joven, con la confianza de que hayas llegado hasta aquí, a ti, que quizá sientes algo en tu interior que no sabes muy bien lo que es, pero que es algo especial.

Como dijo Benedicto XVI en las JMJ de Madrid 2011 «¡Qué hermoso es saber que Jesús te busca, se fija en ti y con su voz inconfundible te dice también a ti: «Sígueme»!» O san Juan Pablo II el 2 de mayo de 2003 en Madrid «Si sientes la llamada de Dios que te dice ¡sígueme! ¡no la acalles! Sé generoso y responde como María ofreciendo a Dios el sí gozoso de tu persona y de tu vida.»

 

En nuestras manos está, con la confianza puesta en Dios, el futuro de la Merced.

Fray Cristian Peña Molina, O. de M. Delegado Provincial de Vocaciones

Artículo publicado en la revista «Proyecto Libertad» número 73 Diciembre 2020